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The Xavier Zubiri Review, Volume 1, 1998, pp. 31-37

Sobre el sentimiento —conocer y querer— en Zubiri

Luis Jiménez Moreno

Universidad Complutense
Madrid, España

 

Introducción

Desde la unidad orgánica del viviente humano se hace necesario precisar y criticar la descomposición en un mundo inteligible frente a otro mundo sensible, la atribución por separado a un ámbito del conocimiento y otro de la voluntad, manteniendo los estratos anteriores de sensibilidad e intelectualidad como mundos separados.

Zubiri, gran conocedor de la Filosofia y de los Filósofos, replantea y piensa los problemas y da prioridad a comprender esta organización del conocer y del querer desde el único núcleo organizativo que es el hombre abierto a la realidad y realizando su propia vida, a través de dimensiones diferentes que afirman al hombre, situándose en su mundo, construyendo personalmente la realidad total con que se encuentra.

El gran interés que despierta la proximidad de intelectualidad y sensibilidad para el conocimiento en la Noologia, puede llevarnos a descubrir la proximidad de la valoración estética junto a la ética. Manuel Kant quiso liberar la dimensión moral del costumbrismo particular, injustificado, de cada tradición popular, mediante el criterio racional que reconoce la validez moral para todo ser racional con sensibilidad que es el hombre, de tal modo que mantenga la dignidad y no degrade su modo soberano de ser persona.

¿Podríamos ver la presencia del sentimiento en la actuación humana, así como la estética —sentimiento y valoración— en cuanto supera un costumbrismo cerrado y puede llevar al bien vivido como belleza sentida, como bien querido y cognitivamente como conocimiento verdadero inherente siempre a la realidad?

Situación del sentimiento

La palabra sentimiento aparece difícil de definir en la Historia de la Filosofía y tardó en ser reconocida como expresión de un contenido complejo que exige un análisis de factores y relaciones que pudieron dar a entender qué queremos decir con tal dicción.

Xavier Zubiri reconoce que "La palabra sentimiento, como concepto técnico en filosofía, no ha entrado hasta el siglo XVIII. Antes, siguiendo a los griegos, todos los pensadores —todos los que hemos citado, San Agustín, Santo Tomás, Plotino, etc.— se atenían a que el hombre tiene dos facultades: el nous, la inteligencia, y la órexis. el deseo, es decir el apetito, pero nunca llamaron a eso sentimiento.

Pues bien, aunque sea un anacronismo, englobemos, por las razones que voy a decir inmediatamente, a todos esos fenómenos a que alude la filosofía clásica, bajo la palabra sentimiento, y preguntémonos entonces qué es eso de un sentimiento. No es tan sencillo como a primera vista pudiera parecer."[1]

Recurrimos a Zubiri, el gran clarificador de las nociones filosóficas, quien no ve fácil esclarecer la de sentimiento, que no es mero conocer, ni siquiera conocimiento sensible o sensación como decimos cuando tenemos un presentimiento. El sentimiento se da como acompañante de conocimientos y voliciones y tendrá mucho que ver con lo que llamaron pasiones o con afectos o emociones. Sólo pretendemos descubrir los rasgos clarificadores que [32] aporta Zubiri sobre esta cuestión compleja y, por lo mismo, difícil.

En su ingente y densa producción filosófica de su último decenio se acumula gran parte de su pensamiento sin ser del todo novedoso, pero acentuando que "la acción diferencialmente humana subyace una habitud propia: el enfrentamiento con las cosas como realidad. Es un enfrentamiento ante todo aprehensor, pero también de volición y de sentimiento".[2] Zubiri reconoce el sentimiento como realidad. Lo diferencialmente humano se constituye formalmente porque "la aprehensión es intelección sentiente, la volición es volición tendente, el sentimiento es entendimiento afectante, la fruición es fruición satisfaciente".[3] Situando también el sentimiento en la realidad que es referencia inevitable, pues "el hombre, como viviente que se enfrenta con las cosas reales, se enfrenta con las cosas-estímulo ‘realmente’. Todo comportamiento humano se inscribe en una sola habitud, en un solo enfrentamiento propio. Es lo que expresamos diciendo que el hombre es animal de realidades."[4]

En este ámbito de realidad es como podemos investigar en Zubiri la presencia del sentimiento, con sus características propias, en el hombre, por su carácter personal, "el ser vivo que puede y tiene que enfrentarse radicalmente a las cosas como ‘realidades’. Esto lleva consigo un incomparablemente enriquecimiento dentro del dinamismo de la realidad."[5]

Por lo mismo es de interés descubrir el enriquecimiento de la realización humana que corresponde también al sentimiento.

Análisis del sentimiento

¿Cómo se da el sentimiento, como habitud propia del hombre en su enfrentamiento con las cosas como realidad, sin apartarse de la intelección ni de la volición, pero diferenciándose de esos actos y sus funciones y además descubriendo la variedad de sentimientos?

Puede valernos para afrontar este tema el planteamiento que hace Fernández Casado como modos de encontrarse en la realidad, el hombre como persona, mediante "la inteligencia aprehendiendo, la voluntad decidiendo, es decir, seleccionando realidades, y el sentimiento optando por un modo de encontrarse en ellas, integran un ámbito total con las tres vertientes, intelectual, volitiva y sentimental, donde actualizar las cosas en su verdad, en su bondad y en su belleza.[6] También el sentimiento se constituye en una vertiente integrante del ámbito total.

En este sentido, ya en Sobre la esencia, Zubiri reclamaba para el sentimiento su carácter real, natural, "físico", pues "lo físico no se limita a lo que hoy llamamos ‘física’, sino que abarca también lo biológico y lo psíquico. Los sentimientos, las intelecciones, las pasiones, los actos de voluntad, los hábitos, las percepciones, etc. son algo ‘físico’ en este estricto sentido."[7]

La expresión que podemos considerar definitoria del sentimiento como estado, puede ser: "los sentimientos son modos subjetivos de sentirse. Y además pertenecen al orden estricto de la intimidad. Un estado subjetivo íntimo: eso es lo que sería formalmente un sentimiento "[8]

Esta imposibilidad de reducir el sentimiento a algo objetivo, que pueda ser apreciado por todos de la misma manera lo hace difícil para el esclarecimiento y, por lo mismo, problemático, porque "ciertamente, el sentimiento es un modo subjetivo de sentirse" y por lo tanto hemos de cuestionarnos por su realidad propia, el modo de ser real que corresponde al sentimiento, algo tan propio de la filosofía zubiriana.

Pero ¿se reduce el sentimiento afectante a lo estético? Ignacio Ellacuría y Diego Gracia, en las manifestaciones programáticas sobre el Seminario y la nueva revista (Realitas), que recoge, entre los trabajos realizados en el Seminario, el artículo de Fernández Casado, afirman que ese trabajo tiende a ampliar la filosofía zubiriana a un ámbito alejado de las preocupaciones intelectuales del maestro: la Estética".[9]

Desde luego se amplía la tarea, pero se hace imprescindible recoger las [33] características propias del sentimiento en su construcción, en su función y su referencia a la realidad en cuanto a Verdad, Bien y Belleza. Por lo mismo la insistencia mayor se refiere a la estética. "A todos nos parece lógico, —escribe Diego Gracia— que Zubiri haya hablado de teoría del conocimiento o de metafísica. Ya no entendemos tan bien su aportación a la ética. Y nos resulta chocante, casi provocativo, que se haya atrevido a hablar sobre temas de estética".

"Estado", "Modo" del sentimiento

Podemos hablar de la fuerza del sentimiento, el poder de la intimidad, porque nos movemos en un campo de realidad, no de mera fantasía, ni de ficciones. Los sentimientos son realidad y afirman y conectan a los hombres en y con realidades. Los sentimientos son "estado". Son modos de estar, modos de sentirse, son íntimamente diferentes de los conocimientos de la inteligencia y de los bienes de la volición.

La intimidad de los sentimientos les hace inobjetivables, pero cumplen su función en la comunicación intersubjetiva y en el estímulo para la acción.

"El sentimiento es, en mi opinión, un modo de estar realmente en la realidad, o si se quiere, es sentirse realmente en la realidad. Esto es esencial".[10] Así se pronuncia Xavier Zubiri.

Los sentimientos son "estado" y "Estado, se nos dirá, son los modos subjetivos de sentirse, a diferencia de la inteligencia, por ejemplo, que pretende conocer lo que las cosas son, o de la voluntad, que quiere decidir sobre la bondad de las cosas. Los sentimientos son modos subjetivos de sentirse, y además pertenecen al orden estricto de la intimidad. Un estado subjetivo intimo: eso es lo que sería formalmente un sentimiento".[11]

Pero la reflexión filosófica zubiriana sobre el sentimiento hace ver que éste no es meramente algo subjetivo, sino "un modo de versión de la realidad".[12] Pues "sentimiento es afecto de lo real. No es algo meramente ‘subjetivo’ como suele decirse. Todo sentimiento presenta la realidad en cuanto tonificante como realidad. El sentimiento es un sí mismo, un modo de versión a la realidad."

El sentimiento en cuanto tonificante como realidad, lo describe Zubiri con detenimiento en Sobre el sentimiento y la volición.[13] "El hombre tiene sentimientos por su modo de estar animalmente en la realidad. Lo cual quiere decir, no que el hombre no tenga afecciones tónicas, sino que esas afecciones tónicas lo son de la realidad considerada como tonificante. Y en esa unidad es en la que consiste el sentimiento humano.

No es que en el hombre haya por un lado apetitos sensibles y por otro apetito racional, sino que no hay más que un estado sentimental, que es lo tónico de la realidad. Sentimiento es el principio tónico de la realidad. La realidad como principio de tono, esto es genéticamente hablando el sentimiento. ... De ahí que lo que el hombre tiene sean, propiamente hablando, sentimientos afectantes."

Julian Casado[14] se detiene en la consideración del sentimiento afectante por cuanto, dirá que "El sentimiento básico está fundado en la impresión primordial de realidad; y en ese momento ‘medial’ están fundadas las demás modalidades del sentimiento afectante.

No existe, pues, un sentimiento primordial, sino un sentimiento básico fundado en la impresión primordial de realidad; la cual abre, formalmente, el ámbito de realidad a las otras funciones procesuales del sentir humano. Y, por tanto, la realidad cobra en esas funciones un intrínseco y preciso carácter: el de ser efectivamente ‘atemperable’ en la función. medial del sentimiento; y, en cuanto atemperable, la de ser ‘determinable’ por la volición tendente."

Me parece oportuno traer aquí palabras del discurso de Xavier Zubiri al recibir el premio nacional de investigación "Ramón y Cajal", comportido con el premio nóbel Severo Ochoa, que me impresionaron al oirías personalmente el 18 de octubre de 1982, sobre los modos de ser real. "Las cosas no difieren tan sólo en sus [34] propiedades, sino que pueden diferir en su propio modo de ser reales", decía Zubiri; junto con lo propio de ser real, "todo lo real es lo que es sólo respectivamente a otras realidades. Nada es real sino es respecto a otras realidades. Lo cual significa que toda cosa real es, desde sí misma constitutivamente abierta."

Precisamente esto nos hace precisar el modo de ser real de los sentimientos, su respectividad y su intimidad, porque "cada cosa con que estamos nos impone una manera de estar en la realidad. —Afirma Zubiri en su discurso—. Y esto es lo decisivo. Del concepto que tengamos de lo que es realidad y de sus modos, pende nuestra manera de ser persona, nuestra manera de estar entre las cosas y entre las demás personas, pende nuestra organización social y su historia."

Y en esta manera de estar entre las cosas y entre las demás personas pueden contar mucho los sentimientos desde la intimidad y afirmándose en ella. "Pero ¿qué es ese modo de sentirse? Se nos dice que pertenece a la intimidad. ¿Pero qué se entiende por intimidad? ¿Se entiende por intimidad una especie de núcleo, de cogollo central al que no llega nadie sino uno mismo? Esto sí y no. Intimidad es aquel momento que tienen todas las cualidades de un hombre por el hecho de ser mías. El color de mi cara pertenece a la intimidad, precisamente por ser mío. La intimidad es el momento de la suidad que va afectando a todos los fenómenos en cierto nivel de la vida del hombre. No se trata de nada oculto. Hay cosas íntimas que pueden ser muy ocultas evidentemente. Y recíprocamente, ¡cuántas cosas hay que están ocultas y que llamamos íntimas y no lo son! Son internas, pero no íntimas".[15]

Este modo de ser real con intimidad es propio de los sentimientos, como estado del hombre, y Julián Casado se refiere a estas expresiones de Zubiri reconociéndolo como el modo cenestésico y declara:[16] "Todos los modos están, pues, afectados por la realidad, la cual se actualiza en todos ellos; pero hay un modo, —el cenestésico, que es el sentido del ‘mi’, la ‘intimidad’—, recubriendo los demás, especialmente el sentido del gusto, que es, ‘a una’, afectado por la propia realidad del sentimiento humano y por la realidad de las cosas reales, entre la cuales se encuentra situado. ... el carácter de realidad ‘afectiva’ y ‘atemperante’ y, por tanto, la realidad ‘acomodada a la realidad de sí mismo’, de realidad ‘conformante’ a si.

Este modo cenestésico hace que todos los otros modos de aprehender la realidad sean ‘míos’: las intelecciones, las voliciones, etc. son ‘mías’."

Son expresiones que nos aclaran la consideración zubiriana sobre los sentimientos en cuanto "estado", en cuanto modos de afirmarse en la realidad y comentario a expresiones del propio Zubiri:[17] "Los órganos que constituyen la estructura del sentir humano están ‘vertidos’ a la realidad estructurada en ellos; pero de manera diversa, y esta versión cualificada a la realidad meramente actualizada."

Los actos de los sentimientos son muchísimos[18] y siguiendo este breve estudio prestaremos atención preferente al sentimiento estético en toda esta diversidad y a su conexión y diferenciación con intelecciones y voliciones, según los modos que tiene el hombre para estar y actualizarse en la realidad.

Lo estético entre los sentimientos

A mi modo de ver, sería preferible hablar de dimensión estética entre los sentimientos, una dimensión antropológica en cuanto al modo de abrirse el hombre bellamente, a la realidad, descubrir lo bello sintiendo bellamente y dar sentido humano al mundo en torno con realizaciones bellas.

Zubiri da realce al sentimiento estético en toda su referencia al sentimiento afectante, pero además de establecer la estructura de ese momento estético del sentimiento afectante, sería conveniente descubrir cómo se las ha el sentimiento general con respecto al conocer, inteligir y al tender volitivo, en sus diferentes grados. Xavier Zubiri se apoya en la historia para reconocer que los sentimientos "son [35] modalidades o modos del apetito[19] para concluir que "los sentimientos son modos de tendencia, modos tendenciales."

Pero el análisis de lo que podemos llamar sentimientos, después de pasar lista al estudio escolástico de las "pasiones", que tienen siempre que ver con el apetito, apunta a esa clasificación tradicional de sentimientos superiores e inferiores, que pueden no ser más que momentos de un apetito único, resultando que unos y otros no son sino "simplemente sentimientos humanos." Y, sobre todo, que no pueden asimilarse los sentimientos a las tendencias. Porque "Formalmente considerado, en sí mismo, ¿el estado que llamamos sentimiento es un modo tendencial? Tanto menos lo es, cuanto que hay sentimientos, pasiones del ánimo, que no tienen probablemente nada que ver con la tendencia. ... Sentimiento, pues, no es formalmente una tendencia, sino algo más elemental, más difícil de explicar, que es justamente lo que acabo de decir: la forma en que uno ‘está’; es estado. Es la segunda tesis: el sentimiento no es tendencia sino estado."[20]

Y adherido a la presencia de los sentimientos aparece el sentimiento estético como tal. "Si bien es verdad que hay muchos sentimientos como actos míos, en cambio por su referencia a la realidad que se nos hace presente no hay más que dos modos: la fruición y el disgusto; es el momento de realidad fruitiva en sus formas: de fruición y de disgusto.

"Estas no son dos sentimientos más entre los muchos que el hombre tiene, sino la dimensión de todo sentimiento, de todo acto sentimental mío, en cuanto diferente a la realidad. La tristeza, la alegría y el miedo son muchos sentimientos y muy diversos, pero no son fruición más que referidos al término que en esos sentimientos se nos hace presente.

"Fruición y disgusto son dos cualidades que tiene todo sentimiento en tanto que atemperamiento a la realidad".[21]

En la fruición, en cuanto complacencia en algo real, consiste el sentimiento estético, en el pensamiento de Zubiri. "Pero se puede tener una fruición de las cosas reales de una manera distinta. Yo puedo tener la fruición y la complacencia en algo real no por las cualidades que tiene, sino pura y simplemente porque es real. Ese es el sentimiento estético. Es la fruición en algo real, simplemente porque es real."[22]

Es manifiesta la delgadez de lo estético como dimensión particular que parece escapársele a la consideración central de Zubiri, dentro ya del disminuido sentimiento como acto, entre las inmensas y claras precisiones y desarrollos sobre inteligencia sentiente y volición tendente. Por lo que la referencia a lo estético, en y por sí mismo, queda sólo como dimensión de actualidad de lo real propia de todo sentimiento. "Lo que sucede es que puede tomarse la dimensión estética en y por sí misma, y entonces, partiendo del falso concepto del sentimiento, como mero estado subjetivo, se hace de la dimensión estética, un sentimiento especial. Y esto, como digo, es falso. Lo estético puede y debe ser tomado en y por sí mismo, pero sólo como dimensión. Y entonces lo estético puede convertirse incluso en objeto de una ciencia de lo estético: la Estética. Pero jamás se debería convertir dimensión en estado."[23]

La significación de lo estético entre los sentimientos que nos afectan hace que Zubiri no lo ponga en coordinación con el resto de los sentimientos, en cuanto es "la fruición en algo real, simplemente porque es real", no resulta propiamente como otro sentimiento, por lo que hay que precisar "cuando se quiere conceptuar el sentimiento y no se tiene un concepto estricto de lo estético, entonces se agrega al sentimiento el adjetivo ‘estético’. La razón de ello es una falsedad: no hay sentimiento estético sino lo estético de todo sentimiento. Y justo para corregir esta falsedad es por lo que resulta imprescindible seguir hablando de sentimiento estético. Ni es un sentimiento especial ni tiene prerrogativa sobre los demás sentimientos: es la fruición de lo real en todo sentimiento."[24]

Sentir lo estético o sentimiento estético, no es propiamente un sentimiento [36] diferente, según Zubiri, sino que consiste en descubrir "lo estético de todo sentimiento", el momento rea1, "la fruición real de todo sentimiento."

Con todo, se trata de precisar la diferenciación de los sentimientos y la caracterización de lo estético que no se confunde nunca con la intelección y la volición. Zubiri establece que[25] "La fruición estética es esencialmente distinta de la intelección y de la volición. Es una actualidad de lo real en fruición, en el atemperamiento a la realidad. Y por esto el sentimiento y el goce estético no son subjetivos en manera alguna. Son subjetivos por otras razones: en el sentido de que hay muchos sentimientos estéticos, en el que pueden variar con los individuos, con las modalidades y con las épocas, etc. etc. Pero todo sentimiento envuelve formalmente una faceta de lo real: lo real como atemperante en cuanto real. Una realidad atemperante que no es ‘ni causa del sentimiento’, ni es un ‘término intencional’ de él, sino que es la ‘actualidad’ misma de lo real."

Referencia a Bien, Verdad y Belleza

Llegados aquí, parece sugerente descubrir la modalidad en cuanto acceso del hombre a la realidad. En la trascendentalidad del ser aparecían el verum y el bonum, además del unum. Es notable ver en Zubiri relacionar los modos de presencia por el verum, el bonum y el pulchrum, a partir de que "El sentimiento estético es la fruición de lo real como realidad."

Pero el acceso a la realidad, tarea radical de la filosofía zubiriana, no se actualiza sólo en el sentimiento. Así, escribe: "Claro, como realidad, las cosas no están solamente actualizadas en el sentimiento; lo están también en la intelección y en la volición, pero de manera distinta. Las maneras como la realidad está presente a estas tres dimensiones constitutivas y radicales del hombre, a saber, inteligencia, voluntad y sentimiento son distintas por la índole misma de aquél a quien se refieren. Tratándose de la inteligencia, la realidad cobra el carácter de verum tratándose de la voluntad, la realidad cobra el carácter de bonum tratándose del sentimiento, cobra el carácter de bello, de pulchrum.

Pues bien, la realidad así presente al sentimiento, como por otro lado a la inteligencia y a la voluntad, es la realidad misma, pero actualizada ante el hombre en esas distintas dimensiones suyas."[26]

De lo que trata Zubiri es que estas tres capacidades humanas, inteligencia, sentimiento y voluntad, son asimismo modos diferentes de actualizar la realidad. "En el caso de la inteligencia, la realidad tiene este carácter que llamamos verdad real. En el caso de la voluntad, tiene este carácter que llamamos bonum y el bien. En el caso del sentimiento, la realidad tiene el carácter que constituye el pulchrum, el pulcro, una cosa bella. La verdad, la belleza y el bien son en este sentido los tres modos intrínsecos como la realidad efectivamente está actualizada en el hombre. Ante el hombre no está actualizada solamente como inteligencia y después, como apéndice, con el sentimiento y la voluntad, no. La realidad está actualizada según tres modos que son formalmente distintos entre sí, por muy conexos que se hallen —y se hallan. Esos tres momentos del pulchrum, del verum y del bonum son algo que pertenece congéneramente a la realidad, a ella en sí misma, en tanto que es actual en la inteligencia, en voluntad y en el sentimiento del hombre.

Las cosas, por consiguiente, son bellas en sí mismas. Belleza no es una cualificación extrínseca de las cosas: que sean lo que son y además resulte que son bellas, no. De la misma manera que son verdaderas en sí mismas, son también bellas en si mismas, y son buenas en sí mismas."[27] Es una clara transcripción de los trascendentales, lo mismo que el uno, lo verdadero y lo bueno se dan en todo ser, así también lo bello, son propiedades de toda realidad. Si bien dará pie a grandes debates sobre trascendentalidad y el análisis ariadisimo de lo bello y del sentimiento estético. [37]

Final

Es una recogida de apuntes leyendo a Zubiri, una serie de propuestas que resultan sugerentes, sin duda, pero mucho más una apertura de exigencias en cuanto a análisis y precision de todos los factores o aspectos que se descubren en el sentimiento, en el carácter desde luego real de lo bello y en la complexión de cuanto podamos saber y expresar acerca de tal sentimiento. De todos modos lo que me complace afirmar es la inseparable referencia a la realidad por los caminos de la inteligencia, por los caminos de la tendencia volitiva, pero no menos por el sentimiento y en su modalidad estética.

Como síntesis podemos señalar la caracterización que Zubiri hace de los sentimientos, que no son neurosis, ni desviaciones, sino asentamiento en la realidad en conexión con intelecciones y voliciones, pero específicamente diferenciados. "Todo sentimiento es, formalmente, sentimiento de realidad. Si no hubiera ese momento de realidad, no habría sentimiento."[28]

 


NOTAS

[1] Zubiri, Xavier, Sobre el sentimiento y la volición, Madrid: Alianza Editorial/Fundación Xavier Zubiri, 1992 (hereafter, SSV), "Qué es sentimiento", p. 328.^

[2] Zubiri, Xavier, Sobre el hombre, Madrid: Alianza Editorial/Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1982 (hereafter, SH), p. 40.^

[3] SH, p. 40.^

[4] SH, p. 40.^

[5] Pintor-Ramos, Antonio, Xavier Zubiri (1898-1983), Madrid: Ediciones del Orto, 1996.^

[6] Fernández Casado, Carlos, "El enfoque de la estética desde la filosofía de Zubiri", Realitas I (1974), p. 239.^

[7] Zubiri, Xavier, Sobre la esencia, Madrid: Sociedad de estudios y publicaciones, 1962, p. 11.^

[8] SSV, p. 331.^

[9] Cf. Realitas I, p. 6.^

[10] SSV, pp. 332-333.^

[11] SSV, p. 331.^

[12] Zubiri, Xavier, Inteligencia y realidad, , Madrid: Alianza Editorial/Sociedad de Estudios y Publicaciones, 1980, pp. 282 ss.^

[13] SSV, p. 334.^

[14] Casado, Julián, "La estética y su fundamento en el sentimiento afectante según Zubiri", h. 22.IX Seminario de Filosofía Española 1998. Dpto. De Filosofía, Universidad Complutense, Madrid.^

[15] SSV, p. 332.^

[16] Casado, loc cit., hh. 20-21.^

[17] SSV, p. 336, nota 3a.^

[18] "Los actos de los sentimientos son muchísimos. Puedo estar triste, puedo estar alegre, puedo ser compasivo, puedo estar iracundo, deprimido, etc. Hay muchos sentimientos. Pero hay otro aspecto por el cual los sentimientos no son solamente actos míos, sino que en ellos está envuelta una realidad que, a su modo, nos está presente. Sin esto no serían sentimientos. Hay, pues, estos dos aspectos: el sentimiento como acto, y la realidad que en este acto nos está presente, de la misma manera que hay el acto de la voluntad como acto , y la forma en que la realidad me está presente, o el acto de la intelección como acto, y la forma con que en la intelección me es presente la realidad." SSV., pp. 335-336.^

[19] "Appetitus naturalis est inclinatio cuiuslibet rei in aliquid, ex natura sua: unde naturali appetitu quaeliber potentia desiderat sibi conveniens" (S. Th. 1, q.71, a.l ad 3.). ... desde los tiempos de Platón hasta el siglo XVIII, los sentimientos no constituyen un grupo aparte junto a la inteligencia y el apetito, sino que son modalidades o modos del apetito. Apetito es el sentido de tender a algo. Santo Tomás nos dice que apetito, apetecer nihil aliud est quam tendere ad aliquid ad ipsum ordinatum. Nota: apetecer no es sino tender a algo, que está ordenado al término de esa apetición. El sentimiento es una tendencia. De ahí la primera tesis: los sentimientos son modos de tendencia, modos tendenciales." SSV, p. 328-329.^

[20] SSV, p. 330-331.^

[21] SSV, p. 344.^

[22] SSV, p. 343.^

[23] SSV, p. 347-348.^

[24] SSV, p. 348-349.^

[25] SSV, p. 350.^

[26] SSV, p. 354-355.^

[27] SSV, p. 356.^

[28] SSV, p. 333-334.^

 

 

 

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